jueves, enero 11, 2007

Día raro nº 31, Hijoputismo y decadencia

No hace mucho publiqué esta imagen en un post

Desde entonces han ocurrido muchas cosas y desde entonces, cada vez que la veía sentía que en algo tenía que rectificar.
Fue a raíz del asesinato de Sadam Hussein, de su ahorcamiento público, de su imagen ya cadáver y de la vergüenza que sentí por formar parte del resto del mundo. Ese resto de mundo que mira y claudica con un "Era un hijoputa", "mató a cientos de personas", "no es que me mole, pero tampoco voy a llorar por semejante cabrón"...
No tengo idea de qué tipo de ejemplo pretendemos dar o darnos como "resto del mundo" que ve y además de claudicar no puede, aparentemente, hacer nada.
Su mirada era fría y su actitud impropia, altiva, soberbia. Pero no se mata a los malos, se les juzga y se les condena. No se les humilla porque hasta los malos tienen derechos. Aunque sean los peores criminales del mundo. Al menos aquí si.
No esperaba menos para Pinocho si se le hubiera cazado a tiempo. Unos tanto y otros tan poco. Nadie contento.
Lo vi y preferí mirar hacia otro lado con el mismo asco que sentí ante las imágenes de la T4, con la misma vergüenza. Incluso con el mismo dolor con el que escuché a los familiares de las dos víctimas... Ta ajenos, tan matados, tan sin entendimiento.
Absurdo todo. Doloroso.
No sé por qué critican a los que viven en "su mundo" y parecen no tener los pies sobre el suelo. Para qué pisar fuerte en una tierra tan infértil. Es más sano construirse una realidad paralela que mirar de frente. Quizás más cobarde.
Pero los derechos humanos se crearon para todos los humanos. Todos. Absolutamente todos. Y los que manejan los hilos son como elefantes dentro de una cacharrería, como Atila y los Hunos, como el Cid Campeador, como los cuatro jinetes del apocalipsis, como las bombas de napalm, como la peste, como el sida... Como un oncogen gigantesco y mal criado, altamente contagioso.
Un cancer para el resto del mundo que muere con la convicción de que nadie tuvo la culpa.
No, esta vez no pondré fotos, no hay de qué hacer burla. Sólo deseo que las familias de las miles de víctimas diarias de la irracionalidad, encuentre un buen mundo paralelo en el que habitar sin pensar demasiado.
Creo que soy demasiado vieja e inculta como para esperar revoluciones y una vez más me da más miedo lo que no alcanzo a imaginar.
Hijoputismo y decadencia ¿De quiénes?

1 comentario:

Alejandra Mondaca / Séptimo Sentido dijo...

Concuerdo con que todos tenemos derechos y que esas ejecuciones un tanto sin sentido.

Saludos
Ale 7mo sentido

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