miércoles, marzo 26, 2008

Me disculpe el Sr. Brecht...

Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.

Bertolt Brecht

Bert (Bertolt) Brecht, nacido Eugen Berthold Friedrich Brecht (Augsburgo, 10 de febrero de 1898 – Berlín, 14 de agosto de 1956), dramaturgo y poeta alemán.

Hay hombres que DAÑAN un día y son buenos.
Hay otros que DAÑAN un año y son PEORES.
Hay quienes DAÑAN muchos años y NO SON BUENOS.
Pero hay los que DAÑAN toda la vida: esos son los PRESCINDIBLES.

Mar Cantón

Mar Cantón (Delgado), nacida María del Mar Cantón Delgado (Almería, 04 de octubre de 1971 – Sevilla, en algún lugar y momento), Creativa y Diseñadora Gráfica, Técnico Especialista en Publicidad y Experta en Marketing.
Que como extraño caso volvió de entre los muertos unos meses después (no hay constancia de la fecha exacta), continuando como pintora, ilustradora, creadora, aprendiz de escritora y sobre todo: APRENDIZ DE LA VIDA.

Me disculpe el Sr. Brecht ...

No sé por qué esa tendencia mía a perdonar siempre. Es bueno, sano… Y la verdad, me sale de lo más natural, no puedo evitarlo, me joden y perdono, me insultan y perdono, se ríen y perdono, me ningunéan y perdono, me ignoran y perdono, algún comentario “desafortunado”… Y perdono…

Y lo más gracioso, incluso perdono sin que me pidan perdón a mi. Cuánto más orgulloso, soberbio, obtuso, intolerante, egoísta… Sea el “ser” con más ganas perdono (aunque previamente salgan de mi cuerpo como ectoplasmas sapos y culebras… Humana sí que soy… Quizás por ello suelo pedir perdón también, me gusta pedir perdón, si).

Pierdo un precioso tiempo de mi vida en “justificar” los malos actos ajenos, en tratar de entenderlos, en darles sentido… Para por supuesto, poder perdonarlos.

En ocasiones incluso, he llegado a culparme a mi misma al no encontrar un “por qué” convincente para perdonar.

Quienes bien me quieren no paran de decirme algo muy simple: pasa.
Y hoy, me he dado cuenta de hasta qué punto “paso”.

Nunca dejaré de perdonar, perdonar es bueno, sano, da paz… Se duerme muy tranquilo cuando se perdona a alguien… Pero aunque siga perdonando he aprendido que no merece la pena perder el tiempo. Mi tiempo es precioso: crée, pasée, tenga un momento “ácaro”… Es decir, esté ocupada o rascándome la barriga… Sólo merece la pena preocuparse por aquellos a quiénes quieres, por aquellos que te quieren.

“El que anda entre sabios, será sabio, pero el que anda entre necios saldrá mal parado”.

No se puede perdonar hasta que no se está preparado para asumir cuánto daño te hayan hecho y el peso verdadero de la pérdida. Llorarlo y aceptarlo. Y si no te ayudan y te siguen arreando es más difícil perdonar de corazón.

Así que puedo decir que perdoné muchas cosas, pero otras tantas aún: no.

Y como no voy a perder mi tiempo más en pensar en qué piensan o por qué piensan lo que piensan quiénes parece que piensan pero en verdad no piensan en nada salvo en ellos mismos… Dejaré que el tiempo y Dios me hagan olvidar, y con el olvido… Llegará el perdón.
Como dice IGNACIO“Cavilando”…
(en “letra” alta… Hoy me “dio por ahí”…).

Mañana comienza un pequeño camino cuesta arriba que habrá de durar una semana de ocho días… Vengo de escalar un monte, digamos que de dificultad 2… Cuando llegue a esa “cima” no sé si tendré que seguir escalando más empinado si cabe. Si es así y así me toca: escalaré, con ayuda y cariño pues es de tontos pensar que uno puede solo con todo, que no necesita a nadie.

Pero si al llegar sólo veo cielo, aunque siempre haya alguna nube… Creo que volaré, alzaré mis alas y volaré alto… No sé a dónde, no sé cómo… Sólo sé que si lo hago, si lo consigo lo haré con la misma ayuda y el mismo cariño, pues también es de tontos pensar que solo, se puede ser feliz.

Como decía Silvio: “Yo sé que hay gente que me quiere, yo sé que hay gente, que no me quiere”.

Ahora tengo que descansar, y descansaré en el murmullo de olas susurradas al oído, en la luna de mi ombligo, en la espuma de mi pelo, tejido amorosamente por manos invisibles, negando la oscuridad del mundo en mi sueño de cuerpo amado y hendido, de alma calmada y cansada, dulcemente retratada, acariciada, respetada, viva… Hasta mañana mundo… Hasta mañana...

Dedicado a todos aquellos que no me quieren, con el corazón.



sábado, marzo 22, 2008

"Sin Llaves a las Puertas"

Infografía, fondo: Fotografía de Francisco Martín Cobos
Necesito escapar ¿Acaso tienes un coche veloz? Un billete hacia ninguna parte (como tantas letras de canciones rezan a lo largo de la historia). Como ellas me siento hoy, así me llevo sintiendo de meses, necesito que tu mano haga lo que la mía no puede, quieta, sentada junto a mi, sobre mi regazo, dormida, con los ojos abiertos y una expresión perdida. Parezco muerta pero no lo estoy, dentro la vida se mueve con fuerza, la fiera se retuerce y grita y nadie puede escucharla salvo yo, me ensordece, me ruega. Éste es mi último aliento: llévame lejos, tú puedes, agarra mi mano con fuerza y tira de mi, mis labios sueñan con la risa y la brisa, mis ojos están abiertos, inertes, pero quieren cerrarse, descansar tranquilos para no tener que estar atentos, ni vigilantes... Cerrarse sobre un regazo que les proteja, unas horas, unos días... Estoy tan cansada... Apenas sí puedo moverme... Llévame lejos, no me importa dónde pero mejor si está cerca el mar. Y al llegar desnúdame, mi cuerpo no puede, mis manos sentadas junto a mi, mi mirada perdida. Túmbame en la arena húmeda y deja que el mar me baile la piel y el pelo, deja que mi piel se erice y sienta el frío salado. No tardarán los corales en crecerme, rojos y vivos, en la sangre, en el vientre, en el pecho… Deja que la arena me cubra y las conchas me vuelen, deja que el mar me penetre primero, da de beber a mi fiera con su agua de siglos… Y verás mi sonrisa, y notaré la brisa, y podré abrir los ojos de nuevo y verte, levantarme y ser mujer frente a ti. Necesito escapar
¿Acaso tienes un coche veloz?
Un billete hacia ninguna parte… Llévame lejos,
no me importa dónde pero mejor si está cerca el mar. Necesito tu mano. Desnúdame y haz que nazcan corales en mi cuerpo. Parezco muerta pero no lo estoy,
dentro la vida se mueve con fuerza. Verás mi sonrisa. Y seré mujer.
Mar Cantón
ESCUCHAR>>>>
SIN LLAVES, El Último de la Fila
La vida que espero y esperaré a la sombra en el oasis que me inventé. Como el sabio en las cumbres del saber, soy alga en el mar de la calma; soy tabla de mi propia salvación. Me quiero y me protejo de mi misma voz.
Llévame, con mi corazón yo suelo hablar, donde reine un tibio sol a la luz de una espiga donde calentar mis pies descalzos, o quizá donde andar.
Quien duda no espera remanso en el agua fiera. Qué pienso, si siento, anhelos del sentimiento. Mi risa, mi tiempo, que crezcan ansiosos por enamorar.
Llévame, con mi corazón yo suelo ir, al lugar donde nací a buscar caracolas al fondo del mar que inunden mi paladar.
Despliego mis velas que hay que partir, ahora canta el jilgero junto al rosal. El alma remonta, quiere volar, hoy es un gavilán en celo. Candiles de aceite habrá que encender, pintores holandeses mis manos mancharán.
En este altar antiguo que levanté a lo alto de mis horas quiero subir, como polen nuevo me quiero esparcir en total abandono. Candiles de aceite habrá que encender sin llaves, a las puertas del instante estoy.

martes, marzo 18, 2008

"...When all i want is you..."

Y dijo el ángel…. Soy una mujer, mi pecho me lo dice y dicta. Hay una sombra negra tras de mi ¿Me desdoblé? Mi piel es transparente, nada me cubre. Vulnerable. Desnuda. No he caído, el cielo me sujeta. Mis alas quieren volar. Te estoy mirando, aquí, en mi memoria, ¿Acaso no me ves? No… No quieres verme, Lo sé. Sólo habito en tus recuerdos. Lejana. Solitaria. Sola. El viento me empuja, Me empuja cada vez más fuerte. Te estoy viendo, te veo, puedo verte ¿Acaso no lo sabes? ¿No notas el peso de mi mirada? ¿No sabes que estoy contigo? El viento me empuja, cada vez más fuerte… Y mis alas deben volar. El tiempo se agota. Se agota. Se acaba. Me desdibujo, me borro, me difumino… ¿No sabes que estoy contigo? Esperando, inerte, resisto… Y mis alas deben volar…

“...you say you want
your love to work out right
to last with me through the night
you say you want
diamonds on a ring of gold
your story to remain untold
your love not to grow cold
all the promises we break
from the cradle to the grave
when all i want is you...” Sé qué hay más allá, puedo ver más allá… En lo oscuro, en la sombra, cuando el amor es fuerte, cuando la unión transparente es más fuerte que las rocas, aún en la distancia y a través de mis sueños. No necesito cerrar los ojos, ni abrirlos, no necesito una sola palabra, no me importa el silencio. Yo sé qué hay, yo sé qué habita. Yo sé.

miércoles, marzo 12, 2008

"Si mirara más hacia el Espejo..."

Pensando en cosas del “más acá” apenas prestaba atención a la trama. Era tarde, una de esas series sobre el “más allá” dentro del televisor. Miraba pero no veía, absorta, sin interés… Un cuarto de baño comenzó a inundarse con el protagonista dentro, aquello llamó mi atención sacándome del “ácaro” e introduciéndome en el agua. Todos los grifos demoníacamente abiertos, desesperados, todas las puertas cerradas, sin salida, y él, más desesperado trataba de abrirlas… Rápidamente su cuerpo quedó inmerso, un miedo antiguo apareció en su mente… Era un niño y casi se ahoga en un lago oscuro… Y oscuro comenzó a volverse el entorno… oscuro y denso… Su mente se iba apagando, ya no podía respirar pero sus ojos comenzaron a ver mientras flotaba, como en el primer líquido allá en el vientre… Y un hermoso racimo de imágenes comenzó a proyectarse en su mente, una tras otra, rápidas, fugaces… Perdía la conciencia… Se iba perdiendo su existir.

Al final se salvó (cosa que suele pasarle a los protagonistas) pero aquella típica escena de E.C.M. (experiencia cercana a la muerte) sin túnel blanco (no sería para nada su hora o el presupuesto no llegó para tanto) tantas veces reproducida en películas y series me hizo pensar… (Qué raro: yo pensando!!!!)… Al menos me sacó del “ácaro” de la preocupación y me llevó a otros lares… Y pensando pensé… ¿En qué pensaría yo si estuviera a punto de morir y de verdad viera la “película de mi vida” pasar por delante?… No sé, no creo que a uno le de tiempo de verlo todo (o sí), pero me perdí en instantes, en momentos especiales, buenos, malos… Y pensando más pensé… Probablemente haya mil cosas que estén ahí, que nos hayan marcado de alguna u otra manera y no recordemos durante el día a día, y nos sorprenderíamos al verlas en ese instante… ¿Cuántas cosas guardamos?, ¿Cuántas guardaríamos?, ¿Cuántas nos llevamos de verdad?

Si fuera cierto que esto ocurre no lo sabremos hasta que el momento llegue, pero quitándole el lado macabro al tema, sería precioso pensar, recordar cada instante, todos esos momentos de nuestra vida que la mente archiva y que nos hicieron felices o nos transformaron, que cambiaron nuestras vidas… Echar por un momento la vista atrás y hacer recuento…

Más tarde, al día siguiente mi oráculo estuvo en casa y me contó por boca de Jorge Bucay un precioso cuento, es éste, escuchadlo (aunque muchos igual lo conocéis):

Y enlazando ideas quise hacer el experimento, retroceder en el tiempo y contar cada segundo, cada instante de felicidad, o de ternura, y por qué no también de dolor pues éste nos forma y conforma del mismo modo…

Y escribí... Unos 6 ó 7 folios, sólo frases, palabras sueltas... Y me di cuenta que cada vez que repasaba aparecían momentos nuevos. Es imposible o al menos lo es para mi, recordar cada instante importante de mi vida, quizás los recuerde cuando llegue ese momento, quizás vuelva a ver la primera luz que vieron mis ojos. Y quizás mis ojos nunca lleguen a quedarse a oscuras.

Sólo dejaré el primero y el último escritos:

·La noria de colores que aparecía en el cielo, enorme, majestuosa, cuando el afilador tocaba esa melodía grabada por siempre en mi mente y me asomaba al balcón inundada de sol. Aunque nunca vi al afilador.

·Pase lo que pase tengo que seguir luchando.

Puede que no no debamos esperar al último suspiro para valorar nuestros instantes de brillo, de vida, de felicidad, de cambio… Y a ello os invito si gustáis. Compartirlo o no es vuestra voluntad. Aunque me encantaría conocer alguno.

Encontré esta joya de canción, esta preciosa versión del tema de Los Secretos… “Si mirara más hacia el espejo y menos a la ciudad…”…

Un beso a todos, a todos…

P.D.: Ayer martes fue un día muy duro, por ello y aunque algunos no sean conscientes doy las gracias a: Nacho, mamá, Paty, Alberto, Carlos, Lobo, Santi, mi querido Mesa, José Luís…

Gracias por quererme.

viernes, marzo 07, 2008

"Aquí está mi Escaparate"

Infografía sobre "Esperando Nada", Óleo sobre D.M., Mar Cantón
"...Nadar sabe mi llama el agua fría y perder respeto a la ley severa..."
Francisco de Quevedo

"Ripio confuso" que Yole quiso ayudarme a enderezar...

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("Ya no danzo loco al son de los tambores", El Último de la fila)

"... PORQUE AL ADMITIRLO SON MANERAS TUYAS, DE CONFIAR, CONFUNDIR Y CONFIAR PARA GOLPEAR DESPUÉS...".
Hay quienes tratan de entender y no pueden, porque ya están demasiado lejos.
"El cobarde se llama a sí mismo prudente (Timidus se vocat cautum)".
Inspirada por los colores de "Paradoja Difusa"

"La HoRa del ÁcaRo" (NO ME SALVO)

"Mujer azul con alas cosidas volando del revés sobre un horizonte púrpura"

Autor: Nacho Gómez

NEMO



LA HORA DEL ÁCARO…

Llevo varios días con esa frase en la cabeza. Creo recordar (pues ya recuerdo poco) que me surgió en un momento “pelusa en el ombligo”, es decir, en uno de esos momentos en los que no estás haciendo nada útil salvo criarlas mientras “apoyas todo el largo de tu cuerpo” en el sofá, en los que te da igual lo que haya en la tele… O simplemente lo que “haya”…

(-¿Está encendida?)

No es hora de nada o es hora de hacer lo que todos: dormir (momento lechuza), pero no tienes sueño, quieres una Coca cola pero no hay energía suficiente en todo tu ser como para hacer que despegues el trasero de la mullida plataforma que te sostiene… Y la falta de energía pesa más que la sed (puedes estar así minutos e incluso horas)…

El techo se convierte en “todo un mundo” demasiado complejo ya de por sí (o cualquier punto indeterminado de la habitación, cuanta menos información contenga, mejor). Tendrías que hablar con mil personas pero eres incapaz de plantearte ni siquiera la idea de mirar el aparato…

(- ¡Dios!, que no suene el teléfono ahora...)

Podría ser el momento ideal para ver esa película que tienes ahí desde hace no sé cuánto… Pero la inmovilidad mental te lo impide. Tienes hambre… Y ni siquiera eres capaz de llamar a Telepizza… (Por tal de no menear el teléfono).

- Sí, no vaya a ser que “se anime” y suene. (En voz alta contigo mismo).

¿Abrirle la puerta al chico del reparto? Sacar la cartera…

(- Estará en el bolso, que está en… ¿Dónde estará el bolso?... ¿Tendré cambio?... ¡Puf! , paso, luego).

(Me encanta ese “luego”).

Si eres fumador enciendes cigarrillos cada equis (el vicio que es un ente ajeno a tu consciente te mueve el brazo solo)…

(- mmmm… No tengo tabaco…).

No lo ¡Exclamas! Con pavor… Ni si quiera lo dices en voz alta… Lo piensas…

- Psé… (Un sonido).

(Grave, muy grave…). Eres capaz de fumarte el “puro de la boda del año pasado” si “acaso”… Y vuelves al techo…

(- Que no, que no me visto yo ahora ni bajo ni líos… Aunque si llamo al chino en vez de a Telepizza lo mismo tienen tabaco y… Pufffffffffff…).

Media vuelta en el sofá, el cojín se movió, la postura ya no es “perfecta”, ahora estás viendo la cortina, tu cerebro se tiene que “reiniciar”, gruñes:

-ggggffff…

Cierras los ojos, los abres, reinicias el cerebro pues no queda otra y sueño no tienes...

Podrías estar al menos triste o deprimido (una manera fácil de encontrar la excusa perfecta para estar “¿Desganado?”)… Pero ni eso, ¿Alegre?...

- Pues no sé por qué…

¿Preocupado?

(- Pues va a ser que no…).

Aunque no te falten motivos…

(- “Me siento solo…” mmmmm…. ).

Te recreas en ese pensamiento “fácil”, pero te acabas dando cuenta lamentablemente de que no, estás la mar de a gusto y no “estás solo”, y de nuevo la cortina. “Surge” como de la nada un “sonido” que lleva ahí el mismo tiempo que tú: los vecinos… (En el silencio de ese día llamado domingo para el común de los mortales)…

(- Señor, hay que ver esa familia… ¿Por qué se comunicarán a gritos? Ya han puesto el programa ese de la tía esa… Los lunes no suenan… Sólo los fines de semana… Claro, estarán trabajando… Qué horror… ¿Es el padre? Creo que ahora es el hijo… ¿Y le habla así a la madre? Yo soy ella y le doy… Aunque menuda corralera, normal, el chaval está hasta los… Pero claro, qué se espera de un chico que se ha criado entre gritos, porque a veces es el padre ¿O no?... Hoy no vino el resto de la familia… ¿Serán varios hermanos o hijo único? Para mí que para ellos es normal… ¡Hala! “Radio Olé”… Y nada, que con radio y todo… Qué barbaridad… Menudo clan… Gggggfffff…)

Y ¡Les estás escuchando! No sólo oyendo… Les escuchas, te recreas, prestas incluso atención inconscientemente… Una sencilla mosca y su lengüita chupóptera sobre la mesa podrían ser una delicia para tu cerebro… (Si la ves bien que no es mi caso, pero lo recuerdo, eso sí lo recuerdo…).

Y cuando te das cuenta llevas una hora tocándote el ombligo, literalmente, quizás un movimiento sísmico de 7 en la escala Richter podría “sorprenderte”, hacer que fruncieras el ceño o que por un instante tus palpitaciones superaran las “12 por minuto”…

Es el éxtasis del ácaro.

Formas parte de todos ellos, eres como uno más en tu alfombra, o junto a “la mosca”, eres tu ácaro, en tu casa de ácaros, no existes, no eres, nadie te ve, nadie te oye… Eres el ácaro de la pelusa de la esquina cualquiera de la planta quinta de un bloque, en una ciudad, en un país, en el mundo, en el espacio…

- ¿El espacio?

- Si, el espacio.

- mmm, el espacio…

Y quizás, en ese instante justo (mientras aquel primate primero golpea en tu mente un hueso e intuyes que el astronauta aún levita en la nada hacia la nada), regresas, te joroba no tener tabaco y te entra mono, te levantas a por la Coca cola por matar el gusanillo del tabaco, revuelves y encuentras “el puro” en aquél cajón del mueble ese, vuelves al sofá pero esta vez te sientas un poco “tensionado”, cambias el canal como si supieras qué "pasaba" y te paseas por toda la programación (sigues sin “querer” acordarte de la película “esa” que “deberías” de haber visto), no llamas a Telepizza pero te haces un paquete de palomitas, miras al teléfono: ya no es un “enemigo” pero mejor “no meneallo”… Te recuestas de nuevo, apagas la tele y cierras los ojos.

(- Paso de irme hasta la cama).

En verdad no lo piensas si quiera, es un “acto reflejo”. Y como ácaro en tu pelusa de ombligo te duermes, mullidito, calentito…

- ¡Uy!, el despertador…

El último minuto “trascendental” de los 60… Dos neuronas consecuentes para un acto programado y con perspectivas de futuro… Agotador… Y en tres leves segundos de lucidez:

(- ¿Pero mañana es domingo?, pues va a ser que si… Bueno, lo pongo…).

Menos mal que esto ocurre de cuando en vez, putapénicamente lamentable, la dejadez llevada a la enésima potencia, el abandono en la pelusa… “La hora del ácaro”… pero cuando has estado varios días aguantando a la peña de la oficina, o de médico en médico, o sufriendo porque “aquel capullo no llamó”… (Añádanse millones de posibilidades)… Mejor apagar el disco duro, formatearlo y reiniciar sin contenido alguno partiendo de cero (léase: día siguiente tras dulces sueños, cielo azul o gris y 23 maravillosas horas por delante para llamar a un colega, salir a dar un paseo, ver una película (incluso en el cine), disfrutar del “aire”, hacer el amor, la guerra, ver el telediario, preparar la mejor mayonesa del mundo, dibujar, escribir, pensar, sentir la vida correr por las venas… Y RESPIRAR).

Y tras ello, me dispongo a dar media vuelta, recolocar el cojín, arroparme bien en la mantita y “DORMIR”… Como un acarito… Y como ya dije a algún amigo: en mi sofá, donde sólo quepo yo y no cabe la menor duda. Y soñaré, y al soñar, allá donde sólo yo decido o me hablan las voces que no entiendo me habré reconstruido, habré “vuelto a ser”, me acunarán el mar y sus mil maravillas, y el capullo, el compañero pulgoso o el médico de bata blanca dejarán de ser… Y en las benditas próximas 23 horas sonreiré al segundo próximo tras el anterior pues ya aprendí y aprendí…

A ser ácaro una hora para ser jinete que no cesa las 23 siguientes.

Una vez más… Gracias Agus“NO ME SALVO”.


(Mar Cantón)



domingo, marzo 02, 2008

"ABRO LOS OJOS"


Por fin tras varios días alternados entre "trabajo" y tiempo muerto (a mi manera y a mi ritmo) he conseguido convertir “Los Colores de Ariam” en una página en la que encontrar la mayoría de mis infografías y trabajos sin demasiada literatura. Espero que os agrade y que podáis encontrar en ella un lugar donde pasar el rato o inspiraros, donde conocer un poco más a este piélago que se resiste a quedarse seco o poder tomar alguna imagen para vuestros relatos o poemas, para vuestros diarios, para vuestro consuelo o desconsuelo… (O para darme con ella en la cabeza pues sobre gustos no hay nada escrito…).

El caso era poner un poco de orden en casa. En esta casa. Verde mar ya por definición y naturaleza. Con un fondo oscuro, si… El más oscuro: quizás los colores resaltan más cuando parecen venir de la nada.

Y seguimos en continua construcción, en “Cambio Permanente”… De allí la frase elegida: "Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. Ahora debes construir los cimientos debajo de él". (George Bernard Shaw).

Gracias Xesús, eres una fuente inagotable de inspiración.

Gracias también a Alberto, él ha conseguido que poco a poco vaya reestructurando mi mente y sintiendo que mi trabajo, aunque etéreo y emocional es útil, ha despertado la chispa de la ilusión más allá de los impedimentos físicos o anímicos invitándome a tejer una nueva tela con finísimos hilos de preciosa plata.

A Lobo, por las estupendas “charlas de cine” y la buena compañía. Ya decía caperucita ¿Para qué tienes unas orejas tan grandes? –Para escucharte mejor- (¿O acaso me lo inventé?).

A mi oráculo que ve como yo o un poco antes incluso (por eso es mi oráculo), en quién caigo y recaigo, en quién siempre encuentro aunque no esté.

A Yole, fiel consejero, espejo de luna, un marinero al que le gusta deleitarse con los cantos de sirenas oscuras y Des-Terradas, porque incluso en esas notas es capaz de encontrar la luz.

A Raquel y a Stefi… Sencillamente mis amigas.

A mi primamada, el ser que más rápidamente es capaz de hacerme reír hasta la muerte, capaz de sacar de “un huevo duro”, todo el provecho que sólo una fermosa gaditana.

A mi madre y su contagiosa fe.

A Agus por su "No te Salves" de Benedetti, una fuente donde encontrar fuerza para no salvarse nunca y seguir adelante.

Y a todos vosotros, los que no nombro, a cuantos pasáis por aquí y os paráis a ver mis colores y mis letras y a cuantos no.

A todos sin excepción, que me llenáis a mi de tantos ratos y olas. Los poseedores de las palabras que yo no encuentro...
Y sí, retorno a ti Xesús, gracias también al estado de "cambio permanente" porque como le decía hace poco a AMOR: abro los ojos a cuánto me hable con el alma, hastiada de mentiras y miedos, de cobardes y rencores, de viejos sin ganas y almas vacías, de moradores de noches sin sueños, de moradores de días sin vida...

Hastiada de los que huyen de su nombre, a cualquier nivel.

De los que prefieren la muerte en vida.

De los que no buscan.

De los que creen que ya lo aprendieron todo.

Abro los ojos a los sinceros, a los soñadores, a los buenos (y sus defectos), a los ilusionados, a los ilusionistas, a los valientes (con mucho miedo), a los que perdonan, a los que toleran, a los que tratan de eliminar el egoísmo innato que a todos nos puebla...

Abro los ojos a cuántos tejéis el inconformismo y dais sentido a la palabra “vivir”.

GRACIAS.






"LOS COLORES DE ARIAM"... Traza la Mano, se Desliza... Papel Blanco, Papel Virtual, Aire, Agua o Madera... Tierra ¿Qué más da si cuando la fiebre llega ni el Mar la Calma...? Bendita Fiebre.


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