Cada mañana me suicido sin quererlo, qué risa me da. Y cada noche me voy a la cama sin saber cómo será la mañana siguiente...
Pero no, nada cambia, me levanto y vuelvo a suicidarme, frente a mi café, mientras despresurizo como bautizó Bi a mi manera de volver al mundo tras el sueño... Y es una fortuna enorme, porque podría estar todo gris,
o negro, o tornasolado.... Y no ver la pequeñita química comprimida para ingerirla.
Blancas, amarillas, rosas, celestes... Qué monas y qué bien que las distingo...!!!!!
¿Sabes que te estamos envenenando? Me dijo la doctora... juas! no, no me había dado cuenta, que va....
Cada mañana me suicido, pero no importa: nunca he amado más la vida.
Cada mañana me suicido, pero no importa: nunca he amado más la vida.
Y a modo de extraño homenaje x todas esas cosas que se van yendo a lo largo de la vida y enlazando con el imposible reloj de mi querida Raquel que no es más que el mío o el de cualquiera, dejo esta canción, que habla del amor, pero el amor son tantas cosas... (Acompañada de "Licor de café Porta do Miño"---->Ideal para no notar si te duele la cabeza por la neurosis/neuritis/neuralgia ... O por una sencillita resaca de nada...Y mañana Marcelo y su hemano a las 9 para seguir pintando... Diossssssss!!!!!!!)
Nado, me sumerjo, hundo mi cabeza... Mi cuerpo... Buceo... Abro mis brazos, me impulso... Sin apenas abrir los ojos (que no debo)... Y escucho el sonido de la profundidad... Silencio de agua... Silencio... Agua... ya estoy soñando, ya estoy dormida, ya estoy preparada...
ResponderEliminarAriam, ya puedes venir a por mi, ya estoy preparada...
Se me va, pero lo tuve, lo he tenido...
Cuando me muera, que no falte nadie a mi incineración... NADIE!!!!! Y quiero una fiesta, grande, enorme, de risas... es lo únio que uno deja, el recuerdo...
ResponderEliminarMire usted, señora Ariam Ram, estoy encantado de que me invite a una barbacoa en el lugar y momento que guste, y si usted no se quiere gastar un duro, ya compro yo la panceta y las sardinas, pero sin llegar a incinerar nada, que las sardinas me gustan poco hechas.
ResponderEliminar(Anda que lo que hacen algunos por no guardar cola en el Carrefú...)
yo no creo en la muerte, mar, te lo digo como lo siento
ResponderEliminartodo es un sueño, y la muerte es el sueño de los que se quedan en este que llaman vida
quizá más allá nos demos cuenta de que la muerte era esto, y quizá lo del otro lado sea la vida, y los pedazos de belleza de este lado atisbos de la felicidad del otro lado
¿te conté que stendhal define la belleza como una promesa de felcidad? cada vez que lloras por algo que te conmueve, es porque inconscientemente entiendes y sientes esa promesa de felicidad, cada cosa que en este mundo te hace llorar y conmoverte es un atisbo de la felcidad real que aún o vemos pero que yo te juro que está ahí, y te juro que es nuestra, tuya y mía (supongo que de todos, al cabo), para siempre, te apuesto lo que quieras,
amor
Otra musica para tu post.
ResponderEliminarMátenme Porque Me Muero -(CAIFANES)
Cuando me muera y me tengan que enterrar,
quiero que sea con una de tus fotografías.
Para que no me dé miedo estar abajo;
para que no se me olvide como es tu cara;
para imaginar que estoy contigo,
y sentirme un poquito vivo.
Mátenme porque me muero...
Mátenme porque no puedo...
Matenme porque me muero...
Mátenme porque me muero...
Esta enfermedad es incurable…
Esta enfermedad, ni con un valium…(¡Noooo!)
Cuando me muera y me tengan que enterrar,
quiero que sea con dulces y no con piedras.
Por si alguna vez, me buscas...
no estaré eternamente lejos
como para darte sólo flores.
Te guardaré mil estrellas.
...........................
Aveces nosotros mismos nos envenenamos.
Efectivamente “Porto do Miño” me dejó dolor de cabeza (camuflando la neuralgia), los pintores llegaron 3 horas tarde así que me acordé de toda su familia… Podría haber dormido 3 horas más, juas! Trato de controlar el insomnio pero todavía cuesta… (eso sí, ya acabaron)…
ResponderEliminarQuiero que el fuego queme mi cuerpo completamente (no que me dejen poco hecha, qué putada!!! jajajajaja) y que me esparzan por el mar (tipiquito), pero cuando cumpla los 120 (por lo menos), que como dice Sabina “el cura que ha de darme la extremaunción no es todavía monaguillo”. Y quiero que monten una buena barbacoa en la playa (no conmigo, jajajajajajaja) con hogueras, con buenos caldos, con todos cuántos me quisieron y los que se apunten de gorra, para decirme “hasta luego” (odio la palabra “Adios”), porque creo que la muerte ha de ser blanca, aunque el alma se nos vista de negro a los que nos quedamos, porque pienso que en cualquier caso no será un lugar peor que éste. Porque también soy de las que se consuelan creyendo que tras esa barrera inevitable continúa la vida… O empieza de verdad.
Y como reza una de mis canciones preferidas de Extremo Duro “La vereda de la puerta de atrás”-> 100% recomendable… “...Si me espera la muerte traicionera, y antes de repartirme, del todo me veo en un cajón, que me entierren con la picha por fuera pa que se la coma un ratón…”. La carne no hace más que complicarnos la vida… Sólo es la carcelera del alma y de los sentimientos (aunque la /mente/”raciocinio”/supuesta lógica/ a veces lo sea más, y más cruel)… Ojalá de mi aprovechen algo antes de la última pira de mi vida…
Me da pánico estar enterrada en un agujero pero eso es un miedo de viva, no de muerta. Pero ¿Qué quemaría conmigo?... mmmm…. Vuestros poemas, vuestros besos, vuestras lágrimas, vuestras sonrisas, vuestro cariño… Para no sentirme tampoco sola y llevar conmigo lo más valioso.
Y quién me busque me encontrará en su corazón y en sus recuerdos, sólo allí seguimos vivos cuando hacemos el último viaje. Bueno, y quizás en todo cuanto he hecho, en lo terrible y en lo hermoso.
(Creo que acabo de dictar testamento, jajajajajajaja)
El post que dejo arriba es el único modo que se me ha ocurrido para contestaros a todos… Diversos puntos de vista… Distintas maneras de ver la muerte… Curiosas “inmersiones”, una tras otra y coincidiendo bajo un texto que pretende cantar a la vida, pero cuando uno tiene dolor de alma hasta las sonrisas resultan amargas… Y más escuchando “Negra sombra”…