jueves, diciembre 31, 2009

Feliz éste y todos los años

Hay un mes que no existió (aquí), dos entradas sin imagen, no sé si alguna sin música... Hace poco cambié el decorado y lo llené de estrellas y mariposas... Hubo un día en el que conocí el horror y no lo dije, otro el milagro y aún no sé cómo explicarlo de tan inmenso.
Viajé en sueños y viajé en barco más al sur de donde habito. De ambos modos quise escapar. Conocí otras ciudades y muchas canciones nuevas. Me reencontré con grandes amigos, redescubrí y descubrí a otros y muy en el fondo puede que quisiera decir que alguno se me escapó (o se fue)... Pero no, no lo diré.
El diablo vino a verme y me mostró sus cartas para que no me cupiera la menor duda... Y corrí mucho, todo lo lejos que pude.
Heredé dos gusanos de seda que murieron sin hacer el capullo (¿Será eso buena señal?).
En África mis ojos me dieron una tregua y me enseñaron un libro por primera vez desde Océano Mar, de las manos de un amigo descubrí por azar todas sus páginas y lo extraña, terrible y hermosa que puede ser la vida... Una vez más. Y lo viví intensamente.
Rompí un botijo viejo de terrible martillazo por gusto, tras reírme a carcajadas con el "Memento Mori" de la cenefa del cuarto de baño de D., cuarto de baño que una vez habitara, en una casa donde recordé que también había soñado y tras hablar por última vez con S. te vi por primera vez en 20 años, en el mismo pub donde tantas despedidas y momentos gracias a que M. me dio tu teléfono año y medio antes, en un devorabar con E. y R… Y no lo borré.
Naufragué a lo más profundo.
...Y me levantaron muchas manos fuertes a las que quiero con todo mi corazón... Aunque no lo demuestre lo suficiente (o a ellas no se lo parezca), manos que me hablan de corales rojos, y de jaras, manos que bordan y manos que escriben, manos que dibujan, manos que iluminan, manos que dan...
Encendí una vela.
Conservo momificadas las 20 rosas más bonitas del mundo.
Aprendí que todos somos a veces los mejores y otras los peores.
Escuché cantar a Ian Curtis en un bar de Vejer de tu mano, con dos caipirinhas sobre el mapa del mundo donde me regalaste un “abrazo” con complicidad y alevosía.
Conocí otras formas de ver las cosas y de sentirlas, como jamás pensé que ni mi cuerpo ni mi alma pudieran. Espero poder volver a mi colchoneta, sobre mi mantita, a escuchar como se callan los cangrejos de mi estómago.
Me escribieron poemas hermosos poetas de los más grandes.
Bebí mil cervezas con un gran y viejo amigo.
Dibujé en las calles.
He estado en la inopia y he mordido el polvo.
Viví en muchos lugares sin apenas nada (aunque casi siempre rodeada de amor). Y aprendí mucho de eso.
Perdí seres queridos. Uno peludo y profundamente amado (aunque peludo gané a otro).
Fui cómplice de la muerte y ambas nos dimos la mano.
He recordado y olvidado muchas cosas, más de las que quisiera.
Me he enamorado del sushi que con amor te enseñaron.
Vi palmeras sumergidas en el agua y pinté con mis colores las paredes de un bar que me encanta y al que no regresé.
(Todavía).
Me costó pero acabé dándome cuenta de que no hay nada en este mundo como "volver a casa", aunque no sea lo que en ese momento deseas y no entiendas nada. Es un lujo "poder", tener a donde volver.
Descubrí la cantina del mercado y redescubrí los campanarios vestidos de colores más alegres.
Vi de nuevo el mar... Y el mar volvió a llevarme a tierra prometida sin esperarlo, y me devolvió mis piernas, de paso.
Mi madre fue de nuevo mi hada madrina.
Anduve a través de precipicios que solo parecía ver yo. Pero no caí. Todavía camino. Y mereció la pena.
Hice daño y me lo hicieron.
Di amor y me lo dieron.
Volví a ver a mis compañeros una vez más.
Recibí la carta más mágica que jamás hubiera soñado.
Volví a ver con mis propios ojos a un ángel. A mi ángel (ahora creo en la resurrección de los muertos, sobre todo en la mía).
...Y le vi volar!!!!!!
Descubrí que no sólo se puede sino que se debe soñar, que cada sueño es un escalón invisible hacia lo aparentemente imposible.
Porque descubrí que... Que todo es posible, que en vida sólo nos entierran si nos dejamos, que nunca es tarde, que nunca somos demasiado viejos ni demasiado jóvenes.
Aprendí a perdonar de nuevo aunque a perdonarme aún no.
Viví el calor más terrible muriéndome de felicidad. Y con felicidad tembló la tierra y me ha regado la lluvia (que no quiere irse).
Sigo padeciendo de miedo crónico (asignatura pendiente).
Lo perdí (casi) todo, pero todo me fue devuelto multiplicado por mil.
Y aunque un poco más ajada... Mis ojos siguen viendo. Y sigo viva.
Descubrí que en un microondas se pueden guardar muchas cosas.
Abrí mis cajas de tanto tiempo…!!!!
Creo que lo real y lo virtual son cada vez más meros conceptos, sobre todo en lo que a lo humano se refiere.
Vi tremenda estrella fugaz por segunda vez en un año mientras comía palomitas, la primera en mi balcón de niña todavía.
Aún me quedan millones de cosas por aprender y descubrir, mil batallas que luchar pero ahora, justo ahora...
Estoy "en casa".
Y lo que en el tintero se me queda que de seguro es mucho.
...
Recopilando las imágenes de este año, aquí, en mi Diario de Días Raros me he dado cuenta de la cantidad de cosas que he vuelto a vivir. Pasamos ese ficticio y supersticioso arco de nuevo hacia la década, números de hombres. No sé que me espera cuando como cada mañana despierte en el día número uno porque aquí nada se cierra ni se abre, las cosas giran, se transforman. Sólo deseo seguir teniendo fuerzas, aprendiendo, que permanezcan a mi lado los seres a los que amo y ser merecedora de su amor.
En cualquier caso doy gracias hasta al mismísimo diablo por el "haber", incluso con la más dulce de mis sonrisas… Lo que “debo” sin duda lo acabaré pagando.
Gracias a todos por el camino, con sus cimas y sus simas.
Pero sobre todo a los buenos.
Feliz éste y todos los años, aunque sea a pequeñas dosis que nos permitan respirar y no perder nunca la... FE.
GRACIAS :)
P.D.: Y gracias a la vida, a los dioses, a los astros, al azar, a la casualidad, a la causalidad...
Y sobre todo a vosotros.
"...Tu boca roja en la mía,
la copa que gira en mi mano, y mientras el vino caía supe que de algún lejano rincón de otra galaxia, el amor que me darías, transformado, volvería un día a darte las gracias..." Jorge Drexler
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