Diario de días raros

De momento no tengo palabras para agradecer este regalo que no merezco pero que viniendo de tus dedos cariñosos y buenos, de tu pensamiento enorme y lleno de vida, de tu esperanza y fe, de tu esfuerzo y ayuda, de tu amistad, de tu entereza, de tu empeño por insuflar vida, de tu apoyo infinito, de tu alma generosa y de lo grande que eres como ser humano y hombre... Me ha dejado completamente emocionada e infinitamente agradecida. Vaya la luna por ti esta noche poeta marinero, faro y guía bueno. GRACIAS. (Esta noche el mar está en mis ojos, pero de alegrías lleno).

TUS CABELLOS DE LUNADA LUNA Ha cerrado la noche. Una noche tranquila, hueca y a punto de no sé qué soledad. Sobre las sábanas la blancura de tu cuerpo, la almohada acoge tu cabeza en reclinada entrega, rendida y flor, tu cabeza de largos cabellos, tu cabeza de luz vegetal. Todo en la noche vive una duda secreta: el silencio y el ruido, el tiempo y el lugar. Tú quieres bañar en noche tu cuerpo fatigado y curar tanta herida que llevas en el alma sangrando por culpa de bestias ennegrecidas. En tus pensares bulle la querencia de un desaparecer y no sabes que, si en la noche de Dios tú murieras y el mundo de los vivos tú dejases, lo triste que sonaría en mí y entre los hombres el ruido de tu alma hermosa al derrumbarse. No te das cuenta de que eres la noche, sirena, la noche en el instante mayor de su potencia lunar y femenina; que eres como la media noche de luna donde la blanca luz, mi soñar y el amor culminan. No te das cuenta que soy el aire de la noche que desordena tus cabellos y desordena y vuelca en tu cuerpo una tempestad de pulsos y latidos; no te das cuenta que pido sigamos echados tú y yo sobre sábanas de tierra estremecida, tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida. Siento que la noche en tu cuerpo resbala con mansa dulzura, que en tu piel florece la luna, que soy un eterno suspiro en tu pecho y noche tú que da luz a todas mis ansias, que si te recorro y despeino y si sobre mí, temblorosa, te subes y alzas, tú me incendias y no te me acabas como las estrellas.

(Mi marinero).